Otro paso importante que aún no se atreven a abrir, es un debate sobre si se debiese permitir la ordenación de las mujeres como diáconos.
El vaticano abrió oficialmente el debate para permitir que hombres casados se puedan ordenar como sacerdotes.
La institución enfatizó que “la posibilidad de la ordenación de sacerdotes para hombres mayores, preferiblemente indígenas y respetados y aceptados por sus comunidades, incluso si tienen familias estables, para las zonas más remotas de la región”.
Cabe señalar que dicha ordenación es sólo para personas de zonas remotas de la Amazona, donde «hay tan pocos (curas) que los feligreses pueden pasar semanas o meses sin ir a misa». El documento, preparado por el Vaticano basándose en propuestas de la región, afirma que el celibato es un don para la Iglesia.
Los sacerdotes de Brasil han presionado desde hace tiempo a la Iglesia para que considere la ordenación de viri probati en las zonas más alejadas de la Amazonia, donde se estima que hay un sacerdote por cada 10 mil católicos.
-Celibato-
El celibato es un pilar en el debate católico dado que es una disciplina, no una doctrina, y por ende puede cambiar.
La Iglesia tiene esa tradición desde el siglo XI, impuesta en parte para que se ahorrara la carga financiera de mantener a grandes familias y para garantizar que cualquier posesión del sacerdote pasara a la iglesia, y no a sus herederos.
En tanto, los partidarios de la flexibilización de la regla dicen que más hombres considerarían una vocación al sacerdocio si pudieran casarse, una solución segura a la disminución de los sacerdotes a nivel mundial.
Los detractores señalan que dicha flexibilización para la Amazonia generará peticiones para que se haga lo mismo en otras partes.
Actualmente, se permite la ordenación de los hombres casados en la Iglesia católica oriental y aquellos que hayan contraído matrimonio y que se convierten de iglesias protestantes pueden ser sacerdotes católicos.
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