Redacción
autor,BBC News Mundo
En 1987, Fabio Ochoa tuvo el dudoso privilegio de ser uno de los pocos colombianos en ser incluidos en la lista de Forbes de principales millonarios del mundo.
También aparecían sus hermanos mayores, Juan David y Jorge Luis Ochoa, a quienes conjuntamente con Fabio la publicación atribuía una fortuna de unos US$2.000 millones.
A ellos se unía uno de los colombianos más conocidos del mundo: Pablo Escobar Gaviria, el mítico y temido capo del cartel de Medellín.
Que los cuatro fueran colombianos, millonarios y de Medellín no era coincidencia, pues los hermanos Ochoa eran considerados como parte del círculo más próximo a Escobar y como sus más leales colaboradores en esa organización criminal de la que fueron cofundadores.
En la década de 1990, los tres hermanos se entregaron a las autoridades colombianas, fueron juzgados y pagaron unos pocos años de cárcel.
Fue una jugada astuta pues de esa manera obtuvieron penas limitadas y evitaron ser extraditados a Estados Unidos, donde eran requeridos.
Esa solución funcionó para Juan David y Jorge Luis.
Fabio, sin embargo, no corrió con la misma suerte, pues una vez fuera de la cárcel volvió a participar en actividades criminales, por lo que terminó siendo detenido y deportado a Estados Unidos, donde esta semana recuperó su libertad tras pagar 25 años de una condena de 30 años de cárcel.
Mientras estaba en prisión sus actividades delictivas pasadas han servido de inspiración para personajes de series de televisión y películas como la serie «Narcos» o «Pablo Escobar, el patrón del mal».
Más allá de la ficción, su historia y la de su familia están fuertemente enlazadas con impactantes episodios de la historia contemporánea de Colombia.
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