Seatle, Washington, Febrero del 2020.- Con sentimientos encontrados por el dolor que les dejó la muerte de una de sus hijas, ocurrida el pasado 28 de enero, en Morelia, el matrimonio conformado por Úrsula Lemus y Ramiro Talavera, originarios de Nahuatzen, llegó el 2 de febrero a Seatle, Washingtón, para reencontrarse con el resto de sus vástagos, a los que no habían visto en 25 años.
Postrada en una silla de ruedas, ella, y él caminando a su lado, ingresaron al salón donde ya los esperaban su hijo e hijas y las familias conformadas por ellos en Estados Unidos. Ahí, fundidos en un abrazo, lloraron durante varios minutos.
“Se me murió mi hija el martes en Morelia y ahora vengo a ver a los otros, la verdad vengo bien acabada, pero ¿qué hago?… tengo que venir a ver a mis hijos, Dios y la virgen de Guadalupe me dieron licencia, mi alma está de luto y a la vez llena de gozo porque por fin puedo volver a ver y tener entre mis brazos a mis hijos, después de 25 años de no verlos”.
Úrsula y Ramiro son originarios de la comunidad indígena de San Isidro, en el municipio de Nahuatzen y en compañía de otras 12 madres y padres de familia, dejaron su lugar de origen y a través del programa sello del Gobierno de Silvano Aureoles Conejo, Palomas Mensajeras, viajaron a Guadalajara, donde abordaron el avión que los llevó al reencuentro, en Estados Unidos, con esos seres queridos que dejaron de ver por décadas.
Desde su nacimiento, hace tres años, este programa de reunificación familiar binacional impulsado por el gobierno del estado, ha permitido la autorización de nueve mil 680 visas, de las cuales dos mil 420 (25%) son de personas provenientes de comunidades indígenas.