Redacción
autor,BBC News Mundo
La caída del régimen de Bashar al Assad en Siria este fin de semana, tras casi 50 años de gobierno totalitario, ha traído como consecuencia la liberación de varios lugares que eran considerados inaccesibles durante las últimas décadas.
Uno de esos sitios es la famosa prisión de Saydnaya, a la que muchos se han referido como «la prisión roja» o «el matadero humano» por cuenta de las ejecuciones que tenían lugar allí cada semana.
Y uno de los principales objetivos del grupo islamista Hayat Tahrir al Shams (HTS), que logró la caída del gobierno de Al Assad en menos de 13 días, ha sido la liberación de los presos recluidos en ese centro penitenciario.
Este mismo lunes el grupo de defensa civil sirio conocido como Cascos Blancos afirmó que está investigando los informes de sobrevivientes que señalan que hay personas detenidas en celdas subterráneas, de las que no se tenía conocimiento.
En un artículo publicado en la plataforma X, el grupo informó que desplegó «cinco equipos de emergencia especializados» en la prisión para encontrar a quienes se hallan en estos lugares antes de que puedan morir asfixiados por falta de ventilación.
También se hizo un pedido a los trabajadores penitenciarios del régimen de Bashar al Assad para que entreguen los códigos de las puertas electrónicas que dan acceso a las prisiones subterráneas.
Las autoridades locales señalan que no han podido abrirlas para liberar a «más de 100.000 detenidos que pueden verse en las cámaras de seguridad».
Pero los que han logrado salir, lo están celebrando.
Un grupo de hombres festejaba el domingo en el centro de Damasco, la capital siria, la caída de Al Assad porque el cambio de régimen los había salvado de ser ejecutados en Saydnaya.
«Ahora estamos en medio de Damasco. Juro por Dios que nuestra ejecución, junto con las de otras 54 personas, estaba prevista para hoy hace media hora. Gracias a Dios», le dijo a la BBC uno de los hombres, quien no se identificó.
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