- Que hacía ver el poder desde lejos
Morelia, Michoacán, 5 de junio de 2024.- “Es un logro histórico de la Cuarta Transformación que Claudia Sheinbaum Pardo sea la primera mujer presidenta de México, con este ejemplo estamos demostrando que las mujeres podemos ser lo que queramos, ahora la barrera de cristal en política se ha roto y las mexicanas ya no vemos el poder desde lejos”, manifestó la secretaria de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres Michoacanas, Alejandra Anguiano González.
Después de 200 años y 74 gobernantes, por vez primera México tendrá una mujer presidenta, que es de izquierda, que es progresista, que es activista, que es científica, que tiene reconocimiento internacional por sus investigaciones, logrando con su cuerpo académico un Premio Nobel de la Paz por su contribución al estudio de la reducción de emisiones de CO₂ para el cuidado del medio ambiente.
“Hoy las mujeres y las niñas de México sabemos que nuestros sueños no tienen límites más allá de aquellos principios que nos convierten en la gran reserva moral para seguir transformando la sociedad a la que éticamente aspiramos, sin violencias y con un futuro de paz”, agregó.
Señaló que la victoria que convierte a Claudia Sheinbaum en la primera mujer electa presidenta de México no es fruto de la casualidad; los intensos seis años de la revolución pacífica de las conciencias y los intentos por construir una nueva modernidad forjada desde abajo que ponga fin a la destrucción neoliberal capitalista y a todas aquellas formas de violencia contra las mujeres, solo puede entenderse con los grandes esfuerzos del feminismo, de nuestra lucha por la reivindicación histórica de los derechos humanos, de la conquista del derecho a votar y ser votadas, de la organización contemporánea de las colectivas, y de la terca memoria de las mujeres por recordar que una sociedad sin violencias es posible.
Anguiano González apuntó que la victoria electoral de una mujer, el 2 de junio, reafirma que nuestro triunfo cultural es posible y será definitiva cuando logremos la defensa y fortalecimiento de todos los derechos para todas las mujeres, hasta que ninguna se quede atrás, hasta que ninguna se quede afuera. Es decir, por primera vez en la historia de México las representaciones máximas del poder público y político son ocupadas por mujeres: la presidencia de México, la presidencia de la Suprema Corte de justicia de la Nación, las cámaras del Congreso de la Unión.
El 2 de junio rompimos, resaltó, el mito que nos condenaba al trabajo del hogar, a la invisibilización normalizada, hoy el país se ha preparado para que lo gobiernen las mujeres, y en ello, la tarea sigue siendo gigantesca: caminar el sueño de ser lo que queramos.