Por: Iván Ureña
Para mitigar la propagación del Coronavirus, los países afectados han implementado una serie de medidas, que sin duda están teniendo un impacto directo en la economía y por tanto en la demanda de hidrocarburos, a raíz de ello, Rusia y Arabia Saudita trataron de llegar a un acuerdo para evitar que se desplomara el precio del petróleo; sin embargo, la negociación entre los dos grandes exportadores no fue exitosa y la cotización del llamado oro negro se fue a pique.
Las consecuencias para México se sintieron de inmediato; si bien, ya se esperaba un impacto negativo que nos llegaría de afuera, como consecuencia de la desaceleración económica mundial; sin embargo, la puntilla la dio, tanto el ajuste a la baja del petróleo como la aparición, la última semana, de decenas de casos de Coronavirus a lo largo del país y la certeza, que también habrá una afectación directa en el mercado doméstico, porque irremediablemente se tendrán que tomar medidas internas para combatir la pandemia y su propagación.
Desde el día 1º de diciembre del 2019, que el gobierno Chino dio a conocer la existencia de un nuevo virus, hasta el día 9 de marzo de este año, que se desplomaron los precios del petróleo y sólo se sabía de siete casos nacionales y todos contagiados en el exterior, el dólar, con información de Banco de México, había pasado de 19.57 a 21.11 pesos, una depreciación de 8.4 por ciento, en 100 días.
La presión sobre el tipo de cambio se intensificó desde el día 9 de marzo, el dólar cerró ayer 18 de marzo, en 23.90 pesos, en tan sólo 6 días hábiles, el peso se depreció en 12.6 por ciento.
Visto de otra forma, en los primeros 100 días del Coronavirus, el dólar subió únicamente 1.65 pesos y en los últimos 9 días se incrementó en 2.68 pesos. Para tener una idea más clara, del 17 al 18 de marzo, el apetito por dólares se disparó y la divisa brincó de 23.06 pesos a 23.90 pesos, se necesitaron 84 centavos adicionales para adquirirla. En una sola jornada, nuestra moneda se devaluó más de cincuenta por ciento de lo que lo había hecho en 100 días, de ese tamaño es la especulación.
Hasta dónde llegará el dólar
Es imposible hacer un pronóstico infalible, pero en la medida que la pandemia se agudice, viviremos jornadas de gran volatilidad cambiaria y todo hace suponer que el dólar romperá la barrera sicológica de los 25 pesos, porque nada hace prever que la presión contra el peso desaparecerá los siguientes días, incluso no se puede descartar que dure, al menos, un par de meses más, cuando el virus nos abrace con toda su fuerza, a México y al resto del continente americano, palpemos sus efectos, la eficacia de las medidas para contrarrestarlo, las secuelas temporales y permanentes, no sólo en la economía mundial si no en la nacional.
Las evidencias
Las cuentas con el exterior, considerando comercio y servicios, son sanas, mientras en el 2018 el déficit fue 23 mil millones de dólares; para el 2019, se ubicó en 2,444 millones de dólares, una reducción bastante considerable.
En 2019, México y Estados Unidos, registraron tasas de inflación similares, 2.83 por ciento y 2.29 por ciento respectivamente.
El déficit gubernamental para el primer año del nuevo gobierno fue de 1.6 por ciento del PIB, una cifra manejable. Aunque en la práctica fue mayor, porque se utilizaron 120 mil millones de pesos del Fondo de Estabilización, lo que ubicaría el déficit fiscal ligeramente por arriba del 2 por ciento.
Aunque tampoco podemos dejar de lado, que la economía mexicana tuvo en decrecimiento económico el año pasado, mientras que para este año las proyecciones tampoco pintaban muy halagüeñas, además la confianza empresarial se ha venido deteriorando en todos los sectores y no hubo uno sólo que llegara al 50 por ciento, lo que indica que más de la mitad de los empresarios no tienen expectativas de que las cosas mejoren y prefieren posponer sus decisiones de inversión o llevarlas a otros países que consideran les brindan más certeza y/o mejores tasas de rentabilidad.
Adicionalmente sigue pesando, lo que parece una necedad, la cancelación del Aeropuerto en Texcoco y la construcción de la refinería en Dos Bocas y su falta de viabilidad financiera.
En conclusión, el desliz que registra el peso mexicano se explica por una mezcla de razones: muchos más por especulación y en menor por los indicadores económicos fundamentales. Estamos por entrar a un periodo económico complicado, acompañado de mucha inestabilidad cambiaria, más aún cuando los casos confirmados del Covid-19 empiecen a crecer en forma exponencial hasta que lleguen a su pico y una vez que comiencen a descender, al mismo tiempo, veremos una recuperación paulatina del valor del peso, pero difícilmente regresará a los niveles que registraba entes de la contingencia sanitaria, un escenario realista sería un dólar en el rango de 21 pesos, pero salvo la especulación, nada lo justifica arriba de 24 pesos.
Tampoco es aconsejable meterse a especular o realizar compras de pánico, porque si compra dólares por arriba de 24 pesos, difícilmente podrá obtener una ganancia importante, por el gran diferencial que existe entre el precio de compra y venta. Lo más sensato y conveniente, es tomarse las cosas con calma y esperar hasta que pase esta etapa turbulenta para saber el nivel real en que terminará nuestra moneda.