a Cámara de Representantes de EEUU, controlada por la oposición demócrata, ha anunciado que va a votar una resolución condenando el «racismo» del presidente Donald Trump, que el domingo dijo en Twitter que cuatro congresistas de la izquierda demócrata «vuelvan a sus países» que están «infestados de crimen» (pese a que tres de ellas son estadounidenses).
La decisión de votar la resolución de condena llega justo cuando Trump ha demandado a ese grupo que «se disculpe ante nuestro país, el pueblo de Israel e incluso la Presidencia [es decir, él] por las palabras malsonantes que han usado y las cosas terrible que han dicho». Las congresistas a las que Trump ha atacado son AlexandrIa Ocasio-Cortez, Rashida Tlaib, Ilhan Omar, y Ayanna Pressley.
Ninguna de ellas ha usado «palabras malsonantes», pero el mensaje del presidente parece destinado únicamente a animar a su base. La inclusión de Israel en el ‘tuit’ es típica de Trump. Sus votantes evangélicos sienten una enorme identificación con ese país, y sus consejeros más cercanos -su hija Ivanka y su yerno Jared Kushner- son judíos y muy cercanos al prime ministro israelí, Benjamin Netanyahu (de hecho, Netanyahu es amigo de la familia Kushner hasta el punto de que durmió en la cama de Jared en los años noventa, en una visita a EEUU).
Lo que sí han hecho dos de esas congresistas es criticar al Estado judío. Tlaib ha comparado la política de segregación racial en Israel con la aplicada en EEUU hacia los negros en el siglo XIX y ha calificado a ese país de «racista». Omar ha atacado «la influencia política que sostiene que es correcto declarar lealtad a un país extranjero», en una velada referencia a Israel.
Alexandria Ocasio-Cortez, Rashida Tlaib y Ayanna Pressley, en el Congreso
Las declaraciones de Omar le valieron la censura de los propios demócratas de la Cámara de Representantes en marzo. Paradójicamente, en junio, Trump se refirió a Netanyahu, en un discurso ante la Coalición Judía Republicana, como «vuestro primer ministro», avalando así la idea de que los judíos republicanos tienen una «lealtad doble».
Los ataques de Trump son parte de su estrategia para dominar la agenda informativa. Otra línea de ataquen en esa dirección ha llegado hoy con la decisión de la Casa Blanca de limitar el derecho de asilo. Según la nueva regulación, las personas que han residido en un tercer país no puedan pedir asilo en EEUU.
Ilhan Omar, este lunes en Washington. | REUTERS
La medida se dirige a la inmigración de América Central, ya que las personas que llegan de El Salvador, Honduras y Guatemala deben pasar antes por México y otros países. Sin embargo, es contraria a la legislación estadounidense, por lo que es probable que los tribunales la anulen.
Así, Trump acapara titulares mientras su política inmigratoria se estrella ante la realidad política y jurídica. La semana, pasada un tribunal prohibió el uso de fondos no autorizados por el Congreso para construir el famoso muro con México, y Trump tuvo que desistir, por faltas de argumentos legales, de su plan de preguntar la nacionalidad en el Censo, algo que no se preguntaba desde hace 68 años. Finalmente, el fin de semana, el presiente guatemalteco Jimmy Morales canceló su reunión con Trump, prevista para esta semana, después de que Washington exigiera que ese país se convirtiera en lo que EEUU llama «tercer país seguro», es decir, una nación que retiene los migrantes camino de EEUU. El único país que lleva a cabo esa política es Canadá. México está negociando adoptar esa política.