Darío Brooks
BBC News Mundo
Luego de pasar una terrible noche, con fiebre y fuertes dolores de cabeza y hombros, Henry* no dudó en acudir al sanatorio a la mañana siguiente en San José, Costa Rica.
Era 9 de marzo, tres días después de que en el país se detectara el primer caso del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, que a la fecha ha dejado poco más de 700 contagios pero solo 6 muertes en la nación centroamericana.
En el centro de salud gubernamental le hicieron algunas pruebas básicas, tanto a él como a su madre, que también tenía síntomas, y los enviaron de regreso a casa.
«Me dijeron que tenía una infección muy grande en la garganta», cuenta a BBC Mundo vía telefónica.
El venezolano de 50 años, residente en Costa Rica, sospechaba haberse contagiado de covid-19 en su oficina, pues otro empleado dio positivo unos días antes, tras volver de un viaje a Europa.
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