Por Aquileo Valdovinos
Michoacán tiene el tercer Congreso más caro del país, solamente superado por los de la Ciudad de México y del Estado de México, entidades que cuentan con una mayor población.
Cada diputado local cuesta 24.4 millones de pesos al año, prácticamente el doble del promedio nacional, lo que resulta de dividir el total del presupuesto asignado al Poder Legislativo.
Según investigación del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el presupuesto anual del Congreso de Michoacán supera los mil 197 millones de pesos para el 2023, tan solo detrás de los 2 mil 050 millones de pesos asignados al Poder Legislativo de la Ciudad de México, y de los mil 973 millones de pesos autorizados al Congreso del Estado de México.
Además, los diputados locales están percibiendo más de medio millón de pesos mensuales cada uno, lo que para el grueso de los michoacanos se les hace muy elevado.
A decir del IMCO, más de 900 personas trabajan para el Poder Legislativo del Estado y de los mil 197 millones de pesos asignados anualmente, el “Congreso” (es decir, los 40 diputados y el aparato administrativo puesto a su servicio) consume el 82 por ciento del gasto legislativo, mientras que solo le dejan el 17 por ciento a la Auditoría Superior.
Cabe mencionar que Baja California, Ciudad de México y Michoacán tienen los presupuestos más altos por número de diputados, mientras que Colima, Campeche y Yucatán tienen los más bajos, dice el Instituto.
Teóricamente el Poder Legislativo juega un papel crucial en la rendición de cuentas, supervisando la transparencia del gasto público de los poderes Ejecutivos, Judiciales y autónomos.
Por lo anterior, algunos legisladores federales pertenecientes al partido Morena, han exigido a la Auditoría Superior que fiscalice al Congreso de Michoacán para garantizar la transparencia, la rendición de cuentas y la austeridad republicana.