Mariana Sanches
BBC News Brasil en Washington
En el país más rico del mundo, el trabajo infantil se está convirtiendo en una realidad más frecuente, y no siempre contraria a la ley.
Estados Unidos se enfrenta a una ola de explotación laboral infantil: en 2022, los inspectores federales descubrieron que casi 4.000 niños trabajaban ilegalmente.
Pero eso no es todo. Una encuesta divulgada en mayo por el Instituto de Política Económica -un centro de estudios de izquierda- mostró que, en los últimos dos años, al menos 14 de los 50 estados de EE.UU. han discutido -y ocho han aprobado- leyes locales que reducen las barreras a la explotación laboral infantil.
Los proyectos de ley autorizan, por ejemplo, el empleo de niños de 14 años en turnos nocturnos de 6 horas y en trabajos pesados.
Los adolescentes de 16 años podrán ser admitidos en actividades de riesgo o físicamente exigentes, como demoliciones o mataderos, o incluso servir alcohol en bares (aunque es ilegal beber antes de los 21 años en el país). Algunos de los proyectos de ley también prevén que se les pague la mitad que a los adultos.
Cada uno de los 50 estados puede legislar sobre el tema, pero la normativa federal señala que los jóvenes de 14 y 15 años pueden trabajar un máximo de 3 horas diarias en el período escolar, nunca después de las 19:00 horas, y prohíbe actividades en sectores como la construcción o la industria alimenticia, considerados «opresivos para los niños» por la ley estadounidense.
Los adolescentes de 16 o 17 años no pueden trabajar con explosivos, minería y obras viales, entre otros.
Uno de los principales expertos estadounidenses en trabajo infantil señala que esta tendencia en Estados Unidos es «sorprendente».
«Nunca pensé que, después de más de 30 años trabajando en [el tema del] trabajo infantil en países mucho más pobres, (…) mi enfoque repentinamente se volcaría hacia EE.UU.», le dijo a BBC Brasil el economista Eric Edmonds, profesor del Dartmouth College.
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