Horacio Erik Avilés Martínez
Ser niño en Michoacán es muy difícil, más que en muchas otras latitudes del país y del orbe. Aquí, para miles de infantes serlo fue sinónimo de nacer siendo parte de un grupo vulnerado y permanecer en él de por vida, a menos de que llegue un golpe de suerte que cambie sus condiciones iniciales o el esfuerzo propio y de los progenitores para dificultosamente salir de ahí.
Es importante contextuar y dimensionar a qué se refiere la situación en que se encuentra la niñez de nuestra entidad federativa. En Michoacán habitan 4 millones 748 mil 846 personas, de las cuales 1 millón 049 mil 170 son menores de 12 años, de los cuales 519 mil 033 son niñas y 530 mil 137 son niños. Es decir, el 22.09 por ciento de la población estatal se encuentra en el mencionado grupo etario.
La población de 0 a 2 años en la entidad es de 251 mil 800 niños, de los cuales 124 mil 627 son mujeres y 127 mil 173 son varones. Si bien, poco a poco disminuye la tasa de natalidad, resulta falaz desentenderse de la primera infancia. Es decir, más de un cuarto de millón de seres humanos merecen políticas públicas aparejadas de un presupuesto digno para su atención y desarrollo integral.
En Morelia habitan 849 mil 053 personas, de las cuales 158 mil 748 son menores de 12 años, de los cuales 78 mil 331 son niñas y 80 mil 417 niños. Es decir, el 18.69 por ciento de la población capitalina está viviendo su infancia, mientras que su población de 0 a 2 años suma 36 mil 648, de los cuales 18 mil 217 son mujeres y 18 mil 431 son varones.
Respecto a educación inicial, en torno a los mil primeros días de vida no hay registro directo en la base de datos pública del Censo Nacional de Población y Vivienda 2020, pero en relación con el acceso a la educación de personas de 3 a 5 años y de 6 a 11 años sí.
En Michoacán habitan 266 mil 649 niños de 3 a 5 años, de los cuales 132 mil 315 son mujeres y 134 mil 334 son varones. Asimismo, en nuestra entidad residen 527 mil 191 niños de 6 a 11 años, de los cuales 260 mil 307 son mujeres y 266 mil 884 son varones.
En el caso particular de Morelia, habitan 79 mil 999 niños de la edad mencionada, de los cuales 39 mil 272 son mujeres y 40 mil 727 son varones.
En cuanto a acceso a la educación, hay cifras alarmantes para la niñez michoacana y moreliana en particular. En Michoacán hay 95 mil 372 niños de 3 a 5 años que no tienen acceso a la educación, de los cuales 46 mil 658 son mujeres y 48 mil 714 son varones. Aunado a lo anterior, hay 26 mil 600 niños de 6 a 11 años fuera del sistema educativo, de los cuales 12 mil 465 son mujeres y 14 mil 135 son varones.
Entre 12 y 14 años hay un total de 35 mil 66 adolescentes fuera del sistema educativo, de un total de 216 mil 890; es decir, el 16.44 por ciento de este grupo etario que debería de haber estado cursando la secundaria en el primer trimestre de 2020 no lo estaba haciendo.
En lo que respecta a Morelia, hay 12 mil 841 niños de 3 a 5 años fuera del sistema educativo, de los cuales 6 mil 248 son mujeres y 6 mil 593 son varones. Además, en la capital existen 2 mil 458 niños de 6 a 11 años sin acceso a la educación, de los cuales mil 174 son mujeres y mil 284 son varones.
En cifras agregadas, en Michoacán en el primer trimestre de 2020, 121 mil 972 niños de 3 a 11 años estaban fuera de la escuela, de un total de 793 mil 840, lo cual equivale a un 15.36 por ciento del total.
En Morelia no mejora mucho la cifra. En el periodo citado, 15 mil 299 niños de 3 a 11 años no tenían acceso a la educación, de un total de 120 mil 320 infantes, lo que representa un 12.77 por ciento del total.
Paralelamente, de acuerdo con la infografía denominada “Los Niños en Michoacán”, elaborada por la delegación de INEGI en la entidad, la población de 6 a 14 años en la entidad es de 779 mil 875 habitantes.
Un escenario más complicado lo viven las niñas y niños con discapacidad, ya que de 0 a 4 años hay 8 mil 370 en la entidad; mientras que de 5 a 9 años son 7 mil 900 y de 10 a 14 años suman 8 mil 038, quienes viven aún un escenario más complejo, ya que en este grupo vulnerado se incluye a la población que declaró realizar actividades cotidianas con mucha dificultad o no poder hacerlas, como ver aún usando lentes, oír aún usando aparato auditivo, caminar, subir o bajar, recordar o concentrarse, bañarse, vestirse o comer, hablar o comunicarse.
Respecto a su aptitud para leer y escribir, entre la población de 6 a 14 años, 683 mil 724 declararon saber leer y escribir, mientras que 92 mil 930 manifestaron aún no saber hacerlo.
Michoacán se encuentra en un estado de rezago social alto de acuerdo con CONEVAL. Al respecto, en su reciente estudio denominado Índice de Rezago Social 2000-2020 la citada institución muestra que el porcentaje poblacional en el rango etario de 6 a 14 años fuera de la escuela pasó de estar en 7.13 por ciento en 2010 a 5.23 por ciento en 2015 para incrementarse a 7.98 por ciento en 2020, con lo cual se complementa la óptica presentada desde el Censo Nacional de Población y Vivienda 2020 de INEGI. Hay una inmensa deuda histórica con la primera infancia, que pareciera disminuir en la edad de la educación primaria para volver a repuntar en la secundaria.
Visto desde otra postura, durante la actual administración estatal, ¡la población entre 6 y 14 años fuera de la escuela en Michoacán, entre 2015 y 2020 se incrementó un 53.46 por ciento!, una cifra verdaderamente alarmante, porque manifiesta una incapacidad creciente de sostener trayectorias completas en el sistema educativo estatal.
Aunado a lo anterior, en el Michoacán de 2015, el 65.5 por ciento de la población menor de 18 años se encontraba en situación de pobreza, acumulando un total de un millón 060 mil habitantes en esas condiciones. Con esto, nuestra entidad federativa se sumó al Estado de México, Chiapas, Veracruz, Puebla, Guanajuato, Oaxaca y Jalisco, las cuales superaron el millón de personas de 0 a 17 años en situación de pobreza, de manera que dichas entidades concentraban el 57.6 por ciento de toda la población infantil y adolescente en pobreza del país en aquel entonces. Los efectos de la pandemia serán de pronóstico reservado y repercutirán acumulativamente sobre la problemática ya señalada.
A escala municipal, en 2015 se concentraban la mitad de las niñas, niños y adolescentes en situación de pobreza extrema del país en 226 ayuntamientos, de los cuales 160 se localizan en Chiapas, Estado de México, Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Veracruz. A estas fechas, no hay evidencias que permitan augurar buenas noticias en un análisis municipal al respecto de la pobreza infantil para nuestra entidad.
Ante ese escenario, comprometerse integralmente con la niñez michoacana implica un esfuerzo sistémico, ya que conlleva mejorar radicalmente sus condiciones de vida. Hay muchas metas por alcanzarse en Michoacán. Por ejemplo, el Pacto por la Primera Infancia, del cual forma parte Mexicanos Primero propone lo siguiente:
- Disminuir a 45 por ciento el porcentaje de niños menores de 6 años que viven en pobreza.
- Reducir a 9 por ciento la desnutrición crónica, a 17 por ciento la anemia en menores de 5 años y detener el incremento en las prevalencias de sobrepeso y obesidad.
- Incrementar la lactancia en la primera hora de vida al 75 por ciento y la lactancia materna exclusiva en menores de 6 meses a 45 por ciento.
- Lograr que al menos 9 de cada 10 niñas o niños menores de un año reciban las vacunas que les corresponden.
- Detectar de manera oportuna cualquier discapacidad e incrementar en 20 por ciento la cobertura de educación y salud para los niñas y niños menores de 6 años con discapacidad.
- Incrementar a 90 el porcentaje de niños con un desarrollo infantil adecuado, a 50 por ciento la cobertura de evaluación del desarrollo, y disminuir 10 por ciento las brechas de desarrollo entre ricos y pobres.
- Asegurar que 4 de cada 10 niños menores de 3 años participen en programas de Desarrollo Infantil Temprano o de Educación Inicial en cualquiera de sus modalidades, y que el 80 por ciento de los mayores de 3 años reciba educación preescolar de calidad.
- Que 4 de cada 10 familias con niños menores de 6 años participe en programas de habilidades parentales y/o prácticas de crianza en cualquiera de sus modalidades.
- Lograr el registro civil oportuno del 90 por ciento de los niños.
- Avanzar en la erradicación de todas las formas de violencia contra la infancia al disminuir en 20% el maltrato infantil y en 50% la violencia sexual y los casos de desapariciones de niños menores de 6 años.
Las metas por sí mismas pudieran parecer aterradoras, toda vez que no se exige erradicar los infamantes indicadores que se manifiestan en los diez puntos citados. Sería deseable que los indicadores positivos se fijaran al cien por ciento y los negativos al cero por ciento. Es prudente señalar que es deseable un cambio rápido y progresivo porque han pasado administraciones estatales que solamente han sobrellevado la problemática infantil, e incluso han permitido su agravamiento, como es el caso que exhibe CONEVAL con la población de entre 6 y 14 años fuera de la escuela entre 2015 y 2020 en la entidad, por lo que resultaría ingenuo exigir su desaparición total de la noche a la mañana. Lo que sí se vale hacer es un esfuerzo redoblado por alcanzar las metas del decálogo planteado y aproximarse a lo ideal.
Sin embargo, corregir todas las asimetrías, vicios, omisiones y distorsiones estructurales que prevalecen en Michoacán no bastan para lograr resolver el futuro de las generaciones jóvenes: es necesario también transformar el mundo de los adultos, para que cuando lleguen a él no se topen de bruces con esta realidad que vulnera, lacera, expolia e infama. Las venas abiertas de Michoacán deben dejar de supurar, cicatrizar y sanar. Crecimiento económico, abatimiento de las desigualdades sociales, combate a la pobreza, acciones afirmativas por los grupos vulnerados, sostenibilidad de los recursos ambientales y patrimoniales, entre muchos otros factores deben de estar presentes en el horizonte de futuro que se trace para nuestra entidad federativa. Por el bien de todos, primero los niños. Merecemos un gobierno educador y garantista de los derechos de las niñas y niños en Michoacán. Exijámoslo ahora.
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