Paul Kirby y Laura Gozzi
Título del autor,BBC News
Pocos líderes europeos han sentido el látigo de las redes sociales del multimillonario Elon Musk como el canciller de Alemania, Olaf Scholz.
El que es considerado uno de los hombres más ricos del planeta ha llamado a Scholz en la red social X -de la que es propietario- un «tonto incompetente» y le ha pedido varias veces que renuncie a su cargo.
Este jueves, por ejemplo, Musk usará su plataforma para darle espacio a Alice Weidel, la líder de la extrema derecha del partido antiinmigración alemán AfD.
Para muchos políticos esto se ve como una clara interferencia política, con el AfD marchando segundo en las encuestas a un mes de que se realice la próxima elección general.
«Tienes que estar tranquilo. No debemos alimentar a los trolls», explicó Scholz.
Aunque algunos líderes europeos, especialmente la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, han recibido los halagos de Musk, otros han visto difícil ignorarlo.
Especialmente por sus comentarios sobre políticas domésticas con miras a lo que será su puesto de consejero de Donald Trump, cuando este asuma como presidente de EE.UU. el próximo 20 de enero.
En los últimos días, cuatro gobiernos europeos han objetado las publicaciones de Musk.
Entre ellos el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien expresó su incredulidad ante lo que está ocurriendo.
«Hace diez años, quién hubiera creído si le hubieran dicho que el dueño de una de las más grandes redes sociales en el mundo iba a apoyar a un nuevo movimiento internacional reaccionario e iba a intervenir directamente en las elecciones de un país», señaló el mandatario.
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